"Los
analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y
escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y
reaprender." Esta idea, sin embargo, es de Herbert Gerjuoy,
citada por Toffler en El shock del futuro.
“Un
analfabeto será aquel que no sepa dónde ir a buscar la información
que requiere en un momento dado para resolver una problemática
concreta. La persona formada no lo será a base de conocimientos
inamovibles que posea en su mente, sino en función de sus
capacidades para conocer lo que precise en cada momento».Alvin
Toffler (La tercera ola)
La
información es un recurso relevante en el desarrollo científico y
técnico de la sociedad moderna, es el vehículo que transmite el
conocimiento, por lo tanto es un elemento esencial para el bienestar
y el progreso. La información es necesaria para la toma de
decisiones, el acceso y uso de ella ha dividido a los ciudadanos en
pobres y ricos en información, unos que no tienen acceso a ella, y
otros que tienen a acceso a la información para las toma de
decisiones acertadas y satisfactorias.
Debido
a este crecimiento "explosivo" que ha tenido la información
en las últimas décadas las organizaciones necesitan de una gestión
adecuada para mantener sus procesos productivos y comerciales.
Para
V. Cano (1999) el concepto de "gestión de información" ha
sido facilitada por dos factores :
el
incremento del uso de tecnologías que faciliten el almacenamiento y
procesamiento de grandes cantidades de datos en el nivel de
alfabetización informativa de la fuerza laboral.
Sin
información no es posible la evaluación y el cambio, ella vincula
todo el ejercicio de la inteligencia, la actividad y la inventiva.
El
mundo que nos rodea
Hoy
en dia tenemos toda la información al alcance de un click.
¿De
dónde provienen todos estos datos? Los fabricamos directa e
indirectamente segundo tras segundo. Un iPhone hoy en día
tiene más capacidad de computación que la NASA cuando el hombre
llegó a la luna17 por lo que la cantidad de datos generados por
persona y unidad de tiempo es inmensa.
Todos
queremos estar bien informados, y esta ansiedad informativa nos
impulsa a querer digerir toda la información que nos ofrecen y que
parece necesaria. Pero esta ingestión obsesiva provoca frustración
cuando se comprueba que no alcanzamos a asimilar todo lo que
quisiéramos, porque hay mucha más información disponible que
aquella que podemos asimilar.
Este
exceso de información se ha utilizado en ocasiones como mecanismo de
censura porque tiende a ocultar la información que resulta incómoda.
En democracia, la censura funciona por asfixia: ofrecen tanta
información que se pierde la noción de lo necesario e importante.
Es una forma moderna y encubierta de censura que no consiste en
suprimir información, sino en sobreinformar, para disimular, para
esconder. Al contrario de lo que se piensa, más información puede
significar menos libertad.
Tan
difícil es vivir faltos de información como vivir desbordados por
la sobreabundancia informativa.
La
falta de previsión de la actual crisis financiera es un ejemplo de
cómo la acumulación de información puede volverse en contra. La
crisis se produjo cuando el mundo disponía de más información que
nunca, pero precisamente el exceso de información es lo que no le
permitía ver las señales de alerta. Lo afirmó James Powell,
director de tecnología de Thomson Reuters, en una reunión cumbre
sobre internet que se celebró en San Francisco en noviembre de 2008.
Y ahora los bancos siguen ignorando el peligro de no escudriñar bien
los datos, según sostiene un
informe que publicó The Economist el pasado 25 de febrero.
El
empacho informativo es un verdadero problema. La información pierde
cualidades, no puede cumplir sus objetivos, se vuelve más nociva que
provechosa. Genera angustia porque hay tanta información que
ya no se la puede asimilar, y de esta manera el exceso de
información incapacita para tomar decisiones sensatas, y entonces
provoca un aumento del estrés. Esta situación que resulta de contar
con demasiada información para tomar la decisión correcta, o para
estar bien informados sobre un tema, es lo que se denomina sobrecarga
informativa. El concepto fue acuñado por Alvin Toffler en 1970, pero
la sociedad choca con este fenómeno desde mucho antes. Ya en 1550,
el teólogo Juan Calvino se quejaba
de que había tantos libros que ni siquiera tenía tiempos de
leer los títulos. Desde entonces, la producción científica
experimentaría un crecimiento imparable y exponencial: el número de
revistas académicas que se publican desde el siglo XVII se ha ido
duplicando cada quince años. Y tal ha sido la explosión de la
actividad bibliográfica que ya en 1830 ningún científico podía
pretender estar al día de todo lo que se publicaba sobre su campo de
interés. El aumento de información también ha comportado un
incremento de los canales de transmisión: el progreso nos ha traído
los medios de comunicación de masas y la red de internet. Estas dos
fuentes han resuelto la antigua traba del acceso a la información de
forma global, pero han generado
obstáculos
nuevos. El progreso tecnológico ha hecho que sea tan fácil el
producir, distribuir y obtener información que ha eliminado filtros,
y ha reducido la “selección natural” que tiempo atrás rechazaba
publicar lo que no fuera lo bastante significativo. Como resultado,
hoy abundan los contenidos irrelevantes, confusos e imprecisos, una
niebla tóxica que hace difícil ver
con claridad.
La
tercera parte de la población mundial ya es 'internauta'. La
revolución digital crece veloz. Uno de
sus
grandes pensadores, Nicholas Carr, da claves de su existencia en el
libro 'Superficiales. ¿Qué
está
haciendo Internet con nuestras mentes?' El experto advierte de que se
"está erosionando la
capacidad
de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma".
El
concepto de infoxicación como tal fue acuñado por primera vez por
Alfons Cornella, Fundador y presidente de Infonomía en el año 2000
o finales de 1999. Sin duda fue un acierto por parte de Alfons que
fue el primero en definir y darse cuenta de qué es la infoxicación,
para aludir a la sobresaturación de información, como acrónimo de
intoxicación por información. Es la sensación de angustia que nos
produce la imposibilidad de manejar el exceso de información que
recibimos a diario. Ello incide de forma directa en nuestra
productividad.
¿Qué
es la infoxicación? ¿Es lo mismo la infoxicación y el "overload
information"?
La
infoxicación es el exceso de información. Es, pues, lo mismo que el
information overload. Es estar siempre "on", recibir
centenares de informaciones cada día, a las que no puedes dedicar
tiempo. Es no poder profundizar en nada, y saltar de una cosa a la
otra. Es el "working interruptus". Es el resultado de un
mundo en donde se prima la exhaustividad ("todo sobre")
frente a la relevancia ("lo más importante").
Causas
Recogemos
más información de la necesaria;
Recibimos
una gran cantidad de información.
para
apoyar la competencia y nuestras razones a la hora de tomar
decisiones;
por
si pudiese ser útil en un futuro;
para
no quedarnos atrás respecto a los que nos rodean.
Consecuencias
El
síndrome se acompaña de manifestaciones tales como
dolor
de estómago, pérdida de visión,
problemas
de atención y concentración,
dificultad
para el análisis y la toma de decisiones,
búsqueda
constante de más información,
ansiedad,
estrés y trastornos del sueño.
La
ansiedad es algo que se ha denominado técnicamente como IFS
“information fatigue síndrome”. Este
término ya fue acuñado en 1996 por el psicólogo británico David
Lewis.
Soluciones
Según
Alfons Cornellá, “El problema y su solución comparten el mismo
origen:
la
red. Internet nos satura de información pero al mismo tiempo nos
proporciona las herramientas para no morir “infoxicados”.
Aprender
a utilizar los buscadores,
realizar
búsquedas avanzadas,
priorizar
aquel contenido crítico que nos ayudará a conseguir nuestros
objetivos inmediatos y relegar aquel que nos puede ser útil más
tarde,
utilizar
herramientas y aplicaciones que agilicen nuestra consulta de
información, al permitirnos seguir de forma centralizada los
contenidos de varias páginas web sin tener que entrar en cada una de
ellas (Feedly, Flipboard, Google Currents…), utilizar las listas de
Twitter y Facebook para agrupar determinados perfiles.
Para
evitar infoxicarse es primordial valorar más que nunca la calidad de
los contenidos. Y que los usuarios formen sus propios criterios, para
recibir sólo la información que nos interese, de calidad, y saber
dónde encontrarla.
La
infoxicación es un problema que se resuelve individualmente con
organización y priorizando contenidos.
La
gente busca información que confirma su visión del mundo e ignora
la que no encaja.
El
sesgo de confirmación o sesgo confirmatorio es la tendencia a
favorecer la información que confirma las propias creencias
o hipótesis. El término sesgo de confirmación fue acuñado
por el psicólogo inglés Peter Wason. La
gente muestra esta tendencia cuando reúne o recuerda información de
manera selectiva, o cuando la interpreta sesgadamente. El efecto es
más fuerte en publicaciones con contenido emocional y en creencias
firmemente enraizadas. Por ejemplo, al leer acerca de políticas
sobre armas, la gente por lo general prefiere las fuentes que afirman
sus posturas ya existentes. También tienden a interpretar que las
pruebas ambiguas apoyan su postura existente. Se ha invocado la
búsqueda sesgada, la interpretación y la memoria para explicar la
polarización de las actitudes (cuando un desacuerdo se hace más
extremo o polarizado a pesar de que las diferentes partes están
expuestas a las mismas pruebas), la perseverancia de creencias
(cuando las creencias de las personas persisten pese a que se ha
demostrado su falsedad), el efecto de primacía irracional (cuando se
tiene mayor confianza a las primeras experiencias tenidas con algún
hecho, que a las más recientes) y la correlación ilusoria (cuando
la gente falsamente percibe una asociación entre dos acontecimientos
o situaciones).
La
manera de luchar contra el sesgo de confirmación es simple de
enunciar pero difícil de poner en práctica. Hay que tratar
de pensar y probar hipótesis alternativas. Suena fácil, pero no
está en nuestra naturaleza. No es divertido pensar que podríamos
estar equivocados o hemos sido mal informados. Se necesita un poco de
esfuerzo.
El
Big Data o Datos
Masivos se refiere a sistemas informáticos basados en la
acumulación a gran escala de datos y de los procedimientos usados
para identificar patrones recurrentes
dentro
de esos datos.
La
tendencia a manipular ingentes cantidades de datos se debe a
la necesidad en muchos casos de incluir los datos relacionados del
análisis en un gran conjunto de datos, como los análisis de
negocio, publicitarios, los datos de enfermedades infecciosas, el
espionaje y seguimiento a la población o la lucha contra el crimen
organizado.
FUENTES:
Alfons
Cornellá en “cómo sobrevivir a la infoxicación”
Cornellá,
Alfons“Cómo sobrevivir a la infoxicación”
Infoxicación:
buscando
un orden en la información